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lunes, enero 27, 2003
Dicen que un trabajador del metro se va volviendo loco poco a poco. Vagando por el interior de los túneles desiertos, viviendo sólo en el círculo de vía iluminada por su linterna, la soledad acumulada, densa y oscura, le va penetrando los huesos con el tiempo, le va encerrando en la nevera hasta que un día, de repente y con una claridad extraordinaria, conoce qué es lo que pasa cuando se cierra la puerta y ya no queda más luz.
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