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domingo, enero 13, 2002
¡Mierda!
Parto de una opinión para dar tres o cuatro. Opinión: Juan José Millás es muy bueno.
Y cito:
Ya era hora de que alguien se diera cuenta del componente escatológico de la telefonía móvil y le pusiera remedio. Con los cajeros automáticos, al principio, tambíén tuvimos que soportar lo nuestro. Ibas por la calle y de repente veías a un individuo haciendo gestos huidizos frente a una raja abierta en la pared. Lo malo es que de esa raja salía mierda, con perdón. No lo digo yo: lo decía Freud y lo demuestra Javier de la Rosa: entre el dinero y la caca existen tales vínculos que casi son la misma cosa, así que da pudor manosearla en medio de la acera. Los bancos se dieron cuenta de este trastorno intestinal y habilitaron esas cabinas de ahora que dan al usuario el grado de intimidad indispensable para realizar el acto.
Primera opinión:mierda es grosero, caca es cursi. ¿Nadie va a inventar un termino medio?
Segunda opinión, algo mas importante: El pudor que nos da el dinero es evidente, pero ¿se han fijado que con los euros no pasa? Es decir; puedes ir al cajero, sacar veinte euros, y salir a la calle con los dos billetes de diez, mirándolos y manoseándolos, sin sentir vergüenza y necesidad de esconderlos. Claro... nos parecen de jueguete, y no acabamos de verlos como lo que son: dinero. Todo llegará, claro, y así pasamos a la tercera opinión:
Tercera opinión, pues: ¿recuerdan la polémica ortográfica que García Márquez inició hace un par de años? Bien, pues por aquel entonces una señora, Eva Tabakián, psicoanalista y lingüista argentina respetadísima en su hogar -digo yo-, escribió, con la intención de contradecir al escritor:
Cada palabra evoca una imagen por el modo en que está escrita. Muchas veces, cuando se violan esas reglas se torna irreconocible y se llega a la imposibilidad de su lectura. No porque esté bien o mal escrita en términos de una cierta autoridad, sino porque la escritura implica la existencia de un código. Sin código se cae en una anarquía que hace imposible la comunicación.
Conclusión: vemos que el euro no ha traido anarquía ninguna, y pese a que esa imagen, ese código básico para Eva, no está todavía en nuestras mentes, lo estará en unos meses. Extrapolando... La propuesta de García Márquez es mucho mas interesante que la del Banco Europeo, y las dos son discutibles, pero creo demostrar que no desde el punto de vista de la señora Tabakián. Gran apellido, por otra parte.
13:42
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